TRAPITOS Y EL NEGRO
Por:
Lorenzo Zúñiga Goyeneche
lozunigag@gmail.com
Aquel día Isabela y Trapitos decidieron salir ambas a la calle a hacer algo de la Geometría de Piso. El Profe Noel había puesto un problema práctico de las matemáticas que debía resolverse de inmediato, o si no, el juicio valorativo del burrito nos estaría esperando si no lo realizásemos. Claro esta Isabela estaba pensando en sacarse nota de payaso: Una pe minúscula, pe minúscula; que es como un diez punto cero de la escala de calificaciones del cole.
Casi nada, hallar quizque el perímetro de la circunferencia satelital por lo de la torre de la telefonía móvil que se halla cercana al lugar. Números en mano comenzaron Isabela y Trapitos la tarea; uno, dos, tres, cuatro, …, ciento ochenta y ocho, ciento ochenta y nueve, ciento noventa era lo que se oía de las dos pequeñas estudiosas de la materia más amada por los adolescentes de la secundaria. Isabela decía uno y Trapitos decía uno, Isabela decía ciento veinte y Trapitos repetía ciento veinte.
De pronto sin querer queriendo a Trapitos le dio un patatus de la madona y se cayó el piso –no había desayunado ese día y otros días y otros días-. Lo que si no sabía Isabela y su grupo de compañeros, era que en ese momento entraba en escena Negro, un perro acompañante de las cosas cotidianas que hacen los estudiantes de la escue, y zaz: Trapitos comenzó a gritar auxilio, auxilio, auxilio; Negro la tenía en sus fauces y la estaba apretando cuál león. Ayayay, ayayay, ayayay; retumbaba en el Parque de Villa Gladys cercano al Punto 17. Si no es porque los chinos del cole lo comenzaron a espantar, Negro no hubiese dejado caer a Trapitos de sus enormes fauces.
Dolorida y todo, el Profe Noel cogió a la Trapitos del piso y le pego de inmediato un tremendo regaño a Isabela por lo que había sucedido. Vaya lió en que se metió el Profe Noel: Negro comenzó a hacerle cantaleta. Negro comenzó a cantarle guaunamente los pollitos dicen guau, guau; hasta el punto tal que el Profe Noel no sabía que hacer. Se movía Noel y Negro a la marca, se volvía a mover Noel y Negro ahí, mejor dicho Negro se la monto: Guau, guau, guau; maullaba Negro.
Los demás estudiantes siguieron con la resolución del problema, pero atentos a los sucesos del momento, incluyendo a Isabela; quien estaba asustadísima ya que había dejado caer a Trapitos, y en el fondo de ella se sentía culpable del accidente en evolución: Se estaba diagnosticando si Trapitos tenía que ser hospitalizada y habría que llamar al 123 para que llegase la ambulancia. Por fortuna, uno de los médicos que pasaba por el lugar –veterinario de personas o mejor llamado médico- diagnóstico magulladuras en leve grado para la accidentada. Ya no se muere, dijo el galeno!!! Isabela descanso, pero Negro ya no daba cantaleta al Profe Noel sino sinfonía en do, re, mi, fa; en otras palabras, Skakira le quedaba chiquita ya que Negro decidió dar fue un concierto: Guau, guauu, guauuu, guauuuu, …, guauuuuu.
Isabela en aras de congraciarse con el Profe Noel y buscando que él se olvidara del suceso, hizo unas cosas muy raras en su cuader de mateburros: 190 x 4 x 6 centímetros igual a 4.560 centímetros. Se puso a gritar de repente en idioma costeño, porque ella habla en costeño por ser de la Costa Atlántica; el idioma cachaco casi no lo domina, y lo esta practicando con sus compañeros de curso: “El perímetro de la circunferencia satelital es de 46 metros”.
Al Profe Noel no le quedó más que regresarse de inmediato a las aulas del colegio para dar por finalizado el episodio de la salida a medir el perímetro de la circunferencia satelital por lo que anotábamos antes, no sin antes recibir un mordisco en la cola por parte del disgustado Negro quien no aceptaba que se hubiese ido con él, la Trapitos.
Al llegar al salón de clase, el Profe Noel le dijo a Isabela: Que no se entere Lina por nada del mundo!!!, ella es una de las tataratatarabuelas de Trapitos; te puede convertir en bruja aunque ella no es una bruja ni tú tampoco; quizás la Profesora de Inglés si lo pueda hacer ya que últimamente está viniendo con guantes, y dice que es por el frío como disculpa para dejárselos: ’Esto es algo sospechoso’: Habría que pedirle muy sutilmente que baile descalza para ver qué pasa.
Bogotá, D. C. Febrero 22 de 2.013
CONTANDO PARA REDALUMNOS
UNA HISTORIA CON LA QUE ESTAMOS APRENDIENDO EN NUESTRA ESCUELA
Por:
Lorenzo Zúñiga Goyeneche
Docente Colegio Antonio Villavicencio Institución Educativa Distrital
lozunigag@gmail.com